La espera terminó, las puertas abrieron

07 Sep La espera terminó, las puertas abrieron

BOGOTÁ. Poco a poco, animados y expectantes, nuestros socios y sus familias fueron llegando a la Portería de la Sede Principal, para hacerse partícipes de un evento tan esperado: la reapertura, el domingo, de los servicios gastronómicos tras seis meses de cierre por el Covid-19.

Previa reservación, el día anterior, acatando las normas de las autoridades sanitarias, los visitantes cumplieron con los procesos de bioseguridad, que comenzaron al ingreso de las instalaciones con la toma de temperatura y continuaron con la desinfección del calzado y el obligado baño de manos.

Una vez cumplidos estos requisitos nuestros socios se encaminaron a sus lugares favoritos: el Comedor Principal, los jardines o Plaza Café, en donde pudieron disfrutar de un renovado menú cuya Carta leyeron en sus celulares gracias a la lectura del Código QR.

Mientras tanto, el personal operativo de la Sede Principal revisaba que todo estuviera a punto para ofrecer el mejor servicio. Con Actitud, Perseverancia y Pasión, nuestros funcionarios se venían preparando desde tiempo atrás para hacer de esta reapertura una jornada inolvidable para los visitantes.

Y no sólo en la Sede Principal, también en Sochagota, que reinició actividades a mitad de la semana pasada, como pronto en Nilo, las mujeres y hombres que forman parte del equipo de trabajo del Club están hoy, más que nunca, comprometidos con un solo objetivo: la mayor atención y el mejor servicio para ustedes, señores socios, y sus familias.

No sobra recordar que, en la Sede de Bogotá, el Comedor Principal, la Cafetería de Socios y el Plaza Café funcionarán, mientras así lo dispongan las autoridades, de jueves a domingo, previa reservación el día anterior. Esto debido a que el aforo permitido es del 25% de la capacidad de cada uno de ellos.

También funcionan, con la reserva previa, los servicios de alojamiento y el área de tenis.

Por lo pronto, ¡bienvenidos!, señores socios. El Club Militar y sus funcionarios los esperan con los brazos abiertos.