El Club: tradicional sitio de encuentro de la familia militar

El Club: tradicional sitio de encuentro de la familia militar

VA (RA) Daniel Iriarte Alvira

Por décadas, el Club Militar ha sido el lugar de encuentro, celebración y recordación de la familia militar y policial. Estamos seguros que así debe seguir siendo y para ello estamos trabajando con ahínco, sin importar obstáculos y limitaciones, porque el objetivo es servir mejor a nuestros socios.

A lo largo de los últimos 63 años, en los jardines, salones, habitaciones y pasillos del Club han disfrutado, jugado, reído, y también llorado, decenas de pequeños que luego, siguiendo los pasos de sus padres, abuelos o familiares, integraron o integran las filas de nuestras gloriosas Fuerzas Militares y de Policía.

Seguramente muchos de esos oficiales fueron bautizados, hicieron su primera comunión, e incluso contrajeron nupcias en nuestra Capilla de la Sagrada Familia, compartiendo luego con familiares y amigos en uno de los salones destinados para tal fin.

Tampoco fueron menos quienes después de alcanzar una estrella, un galón, una barra o un sol, departieron en el Club con sus seres cercanos y sus compañeros para celebrar el éxito alcanzado o un escalón más en la carrera de las Armas.

Presidentes, ministros, embajadores y hasta reyes, han desfilado por estos pasillos y jardines, y hasta observaron el amanecer sabanero desde las ventas de las acogedoras habitaciones de nuestro hotel, antes de iniciar la protocolaria jornada o una intensa reunión de trabajo.

Cenas de Estado, reuniones privadas para tratar asuntos de vital importancia para el país o la institución militar y policial, amén de encuentros confidenciales, han tenido como escenario el Comedor Principal, el Salón General Gustavo Rojas Pinilla o el Reservado del Comedor.

Pero más que una simple instalación para reuniones sociales, deportivas o culturales, el Club Militar se erige como un patrimonio y símbolo tradicional de nuestras Fuerzas Militares y de Policía. Así debe seguir siendo y en ello estamos empeñados. Pero solos no podemos hacerlo.

Nuevamente los pasillos, los salones, las áreas sociales y deportivas del Club ven desfilar a los pequeños hijos o nietos de nuestros oficiales, junto a sus padres o abuelos. Igualmente a grupos de uniformados que buscan un salón para una reunión de trabajo o para compartir con sus amigos.

Pero también a aquellos oficiales de la Reserva Activa que buscan un momento de descanso en las zonas húmedas, la piscina o la cancha de tenis. El Club ha renacido gracias a ustedes: los socios.

Y esto es lo más importante: utilicen su Club, hagan uso de sus servicios, no lo abandonen; acudan a sus restaurantes, a sus zonas húmedas y deportivas; compartan con sus amigos, compañeros y familiares en sus instalaciones. Mientras, seguiremos empeñándonos para brindarles un mejor servicio. Ese es nuestro objetivo.

Pero, por todo lo anterior, porque estamos seguros de que debemos mantener vivo y pujante nuestro Club, los invitamos para que lo sigan acompañando y sean ustedes, los verdaderos amigos y defensores del Club, los motores que impulsen esta nave y la lleven a buen puerto. En sus manos está hacerlo

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